Soy un perro que vive cada día muy feliz por todo lo que han cambiado mis experiencias desde que mis humanos ahora están más conmigo, ellos me hablan y me dicen a toda hora "Gordón" desde que llegué a la casa hace mucho tiempo cuando me adoptaron, yo creo que ese es mi Nombre; y desde hace unos días me siento más feliz que nunca, y fue desde que ellos decidieron no salir de la casa para pasar más tiempo conmigo.
Creo que nos hemos compenetrado más, realmente ahora tenemos mucha más interacción, jugamos más, me consienten más; sin embargo, aunque pasean más conmigo todo es diferente ahora... No entiendo para qué se tapan la boca en la calle, algo les molesta y no veo casi humanos por las vías, ya no veo mis amigos perros saliendo como antes, y cuando alcanzo a ver alguno, no los dejan estar libres como antes… no entiendo que pasa pero en este presente los momentos que vivo son muy extraños y cada día que pasa me los encuentro menos o ni los veo., los extraño.
Ahora que lo pienso, todo es diferente, porque afuera de la casa mis humanos se sienten inseguros, con muchos miedos, con afán de regresar a su encierro .
A veces, cuando mis humanos permiten que salga solo a darme una gran vuelta por el barrio, recuerdo que jugaba con mis buenos amigos perrunos y vecinos humanos se me acercaban para saludarme; sin embargo, ahora ya no los veo, extraño sus saludos y la manera como querían consentirme cuando pasaba olfateando por sus casas.
A mis amigos perros de juego los escondieron, eso creo, porque si alcanzo a encontrármelos, sus amos no dejan que jueguen conmigo; de verdad que no lo entiendo... Entonces ahora me aburro rápido y quiero estar más rápido con mis humanos y regreso sin pensarlo a casa; y para tocar la puerta busco arañarla y me siento a esperar en la entrada.
Cada día que pasa, veo que la calle se ha vuelto triste y aburridora, ya no hay con quien compartir y las calles están muy pero muy solas e intranquilas. Sé que en este instante yo me siento más seguro y puedo correr libremente sin temor a sus bestias de cuatro ruedas pitándome porque constantemente querían pasarme por encima...
Vaya momentos de adrenalina y angustia, pero ya eso no pasa; mucho menos veo ciclas ni motos, pero veo más gatos sueltos caminando tranquilamente, veo más aves en el cielo y veo un día más claro a su vez que respiro aire más puro. Tengo menos miedo estar afuera, pero tengo más alegría estar dentro de mi casa, porque allá mis humanos me esperan para darme amor desenfrenadamente.
Definitivamente todo ha cambiado, nada es igual...Estar encerrado los hace estar seguros pero tristes y yo soy el centro atención para verlos contentos, y cuando salen conmigo se sienten vulnerables, inseguros, con miedo pero felices... No los entiendo pero todo ha generado que ahora me quieran más… Ahora no me cambio por nadie... al mismo modo que quiero más a mis humanos...
