Todo esto pasará, pronto nos volveremos a abrazar
25 Mar, 2020
Tiempo de lectura aprox. :
8 min.
+4 votos

Estamos todos muy movidos con lo que está ocurriendo en nuestro mundo y éste es un momento perfecto para darnos cuenta de qué tan fuerte, dentro de nuestras vulnerabilidades, somos y qué tan conectados con nuestra parte espiritual estamos.


Las cosas no ocurren por casualidad, la situación global nos ha obligado a retraernos, como medida para resguardarnos, protegiéndonos así a nosotros mismos y al resto en simultáneo… Y mientras nosotros estamos en un proceso de cambio y adaptación que nos está sacando de nuestras dinámicas regulares y nuestra zona de confort, cosas macro están cambiando en nuestro mundo.


Un llamado a despertar


Pienso que este evento protagonizado por un virus, nos está mostrando nuestro lado más vulnerable, nos está diciendo cuánto podemos doblegarnos y a su vez cuánto podemos resistir, no al Coronavirus como tal, sino a todo lo que a través de él se está moviendo. Somos seres pequeños en un enorme universo y sí, nuestra vida es frágil, pero es nuestra consciencia la que está siendo llamada a despertar, porque a fin de cuentas, todos y cada uno de nosotros somos uno y mientras más despertares exista a través de éste o cualquier otro evento, más posibilidades tendrá este planeta de sobrevivir con nosotros a cuestas.


Los cambios siempre son positivos, incluso de aquellos que nos retan por la manera en que se implementan, sin darnos muchas opciones para escoger.


Y si bien es cierto que no podemos hacer mucho para cambiar el escenario global, hay bastante que sí podemos hacer en lo micro, en lo que respecta a nosotros y a nuestro núcleo, aportando de esta manera a la consciencia colectiva que está siendo llamada.

Lo más importante en este proceso es mantener la calma.

Sabemos que no es sencillo estar bombardeados de información, tener que ajustarnos a rigurosas medidas preventivas, cambiar nuestros planes, apartarnos socialmente, realizar los ajustes económicos que podamos y poder permanecer en calma.


 

Sin embargo, justo aquí nos graduamos, justo buscamos entender que tenemos un propósito mayor de vida o simplemente que tenemos un propósito .

La vida nos muestra un todo y nosotros decidimos qué parte de ese todo mirar. Quizás muchas cosas podemos rescatar de todo este proceso, pero pienso que resalta que tenemos oportunidad a través de esto de crecer en muchos sentidos, siendo los siguientes algunos de los que podemos considerar:


Valorar la vida


Muchas veces ni siquiera nos detenemos un solo instante para agradecer la oportunidad de tener esta experiencia vital.


Reconocer nuestra fragilidad


Nuestra existencia acá es muy frágil, nuestro cuerpo terrenal es un instrumento con una sabiduría increíble, pero que se puede volver muy vulnerable ante ciertas amenazas.


Darle importancia a lo que realmente lo tiene


Nuestra dinámica diaria a veces nos impide ver lo que realmente importa y algunas veces concientizar el riesgo de dejar de estar nos hace establecer otra escala de prioridades y dirigir nuestros recursos de manera coherente.


Mirar al planeta con respeto


El planeta sin duda está resentido con nuestro trato. Quizás ya sea hora de mirar con nobleza este planeta que tanto nos ha dado, disculparnos por los daños generados y tomar medidas que nos ayuden a vivir en armonía, sin dañar otras especies u otros espacios.


Cuidar de lo que amamos


Proteger a quienes amamos y a nosotros mismos es una de las maneras más poderosas de demostrar lo que sentimos y cuánto valoramos la presencia y existencia de algunas personas en nuestras vidas.


Encontrarnos con nosotros mismos


Una situación de presión siempre nos invita a encontrarnos, a observarnos y conocernos un poco más.


Crear nuevos hábitos de vida


Cambiar la rutina, tener que romper records de convivencia con quienes hacemos vida, ajustarnos a lo que tenemos, nos invita, por no decir que nos obliga a adoptar nuevos hábitos que nos permitan transitar de la forma más armoniosa posible por este camino.


Mejorar nuestra alimentación


Nuestra alimentación siempre se vinculará con la salud de nuestro cuerpo físico, con la intención de estar lo más resistentes posibles, nuestra alimentación debe ir de la mano con nuestro objetivo.


Ayudar a quien lo necesite en la medida que podamos


En momentos como estos, todos necesitamos de todos y aun cuando podemos considerar que no es mucho lo que estamos haciendo por alguien, debemos recordar que si cada uno contribuye en algo, el efecto total será de alto impacto.


Mantenernos enfocados en lo que nos genere bienestar


Todo aquello en lo que pongamos nuestra atención, crecerá. Busquemos hacer crecer en nuestras vidas lo que nos hace sentir bien.


Desarrollar la paciencia


Estas situaciones nos invitan a desarrollar la paciencia, no es un proceso que se vaya a resolver de inmediato, pero esperar con la mejor disposición, pensando en el mejor resultado posible, nos hará más grato el camino.


No dejarnos llevar por el miedo


El miedo es lo contrario al amor… Donde hay miedo, no puede entrar la calma, ni la consciencia… Es normal sentir miedo, más cuando se caracteriza por ser altamente contagioso, pero debemos aprender a observarlo y de esta manera disolverlo.


Aislarnos


No es solo un acto de responsabilidad aislarnos socialmente, sino que tenemos una buena oportunidad para buscar la introspección y el aislamiento para estar con nosotros mismos, que tanta falta nos hace. Aprender a estar en silencio, en calma, mientras nuestra mente y nuestro mundo giran sin cesar es la mejor manera de aislarnos del caos y conectarnos con nuestra esencia.


Todo esto pasará y saldremos con cambios importantes en lo micro y en lo macro. Tienes una oportunidad de oro para crecer en medio de esta turbulencia… Comienza por mantener la calma.


 


 


 


CRÉDITOS DE PUBLICACIÓN: Sara Espejo, de reencontrate.com

20.7K visitas
Valora la calidad de esta publicación
1 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.