Esta es la Historia de una Muñeca de Porcelana
1 Nov, 2019
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Quiero contarte la historia de una muñeca de porcelana. Una muñeca que vivía y respiraba y que guardaba en el bolsillo de su vestido un cofre que ocultaba la verdad de su existencia .

Pero primero, debes conocer algo sobre la tristeza, porque si algo tenían en común era aquello, porcelana y tristeza.


Lo triste de estar hundiéndose  es  saber que algún día tocaras fondo, y cuando lo tocas no puedes seguir luchando por salvarte, porque  te quedas cansado y fatigado y te dices ¿Sabes qué? Me rindo, y no es porque no quieras luchar, es porque luchaste tanto que de pronto la pequeña luz que te mantenía respirando desde el alma, también se cansó de alumbrar y se apagó, y esperas con ansias a que alguien te salve, que alguien te saque porque tu solo ya no puedes más.


Y como una muñeca de porcelana te sientas a mirar, a observar, encerrado dentro de cuatro paredes, respirando por respirar; sonriendo. Siendo una versión antigua de tu propia existencia, viviendo en una profunda soledad... Esta muñeca que por las noches cobraba vida, siempre tenía clavado  un oscuro sentimiento de tristeza dentro, solo que sentía que podía guardarla, incluso hubo veces en que ya no la sentía, pero volvía a aparecer y, en el camino, se encontró con situaciones y cosas que la herían tan, pero tan profundo que fue introduciendo en aquel cofre guardado en el deshilachado bolsillo de su vestido; cada dolor y herida, cada decepción, cada lágrima...  y fueron tantas que un día, ya no pudo guardar más  y te preguntarás ¿Que puede lastimar a una muñeca de porcelana que no siente? Es patético. Pero te olvidas de que esta muñeca era especial, casi real... y Sin embargo, en el transcurso de su extraña existencia, fue cambiada por tantas otras muñecas, fue tratada con desprecio, fue movida una y otra vez, porque su físico ya no era hermoso, y a medida de que el estante donde ella estaba ubicada, se llenaba de nuevas muñecas de plástico hermosas que nunca se quebrarían, ella era empujada cada vez más y más al borde.


Tenía la sensación de que un día iba a caer y quebrarse, sabía que era de porcelana,una muñeca frágil y adolorida. Ya nadie la quería, aunque aún la conservaban, quizás porque se olvidaban de echarla a la basura, ella permanecía allí... arrinconada y llena de telarañas, de polvo... con su mirada derrotada, incluso tantos años en ese estante le fue borrando la sonrisa, hasta que se convirtió en una sombra con labios caídos, se estaba desvaneciendo y sentía que pronto iba a desplomarse.


Sucedió un día de diciembre. La muñeca cayó al suelo volviendose pedazos instantáneamente, pedazos grandes, y por alguna extraña razón la muñeca fue reconstruida, pegada con silicona y los pedazos rotos fueron puestos en su lugar.


Ella seguía existiendo, y todavía conservaba el cofre intacto y La misma posición; aquel borde a su destruccion. Entonces la muñeca comenzó a vivir con miedo, sabía que si volvía a caer no quedaría nada más que piezas quebradas sin reparación,  y así ella dejaría de existir. Quería seguir viviendo, tenía la sensacion de que era especial, de que algún día llegaría el propósito de su extraña vida de muñeca de porcelana. Así que, con paciencia esperó, mirando a través de la ventana frente al estante la vida, preguntándose que sentiría salir afuera y respirar, que se sentiría estar reparada para poder sonreír de nuevo. Que se sentiría ser mirada realmente, ser cuidada y valorada.


Y así vivió, dos años más. Ya había perdido el miedo tratando de que el cofre siguiera cerrado e intacto. Y un día de octubre su mayor miedo se hizo realidad, volvió a caer y no solo eso, aquel cofre que había vivido guardado en su bolsillo por dos décadas también se quebró junto a ella. Lágrimas reales cayeron sobre pedazos de lo que alguna vez fueron sus mejillas sonrosadas, podía sentir el dolor, sentía salir como una nube negra todo lo que guardó en aquella caja, y allí permaneció rota, destruída. Esta vez fue recogida de nuevo, pero para ser depositada con sus pequeños pedazos en una caja que pronto sería guardada en un armario oscuro y frío. A su lado estaba el cofre abierto. La sensación que la mantenía de alguna forma viva estaba rota y el sentimiento de desvanecerse le pudo más. Cerró sus ojos que solo eran pedazos de quién fue y se sumió en un profundo sueño donde el cofre era su sombra. Y fue allí cuando salió a la luz y su dueña la reconoció, y cuando eso ocurrió, su dueña también se hundió en la tristeza de su muñeca, y justo en ese momento  la verdad fue revelada;  aquella  muñeca de porcelana era nada más y nada menos que el alma de su progenitora, y el cofre guardado en lo más recóndito de su alma era todo lo malo y triste que su dueña había tenido que pasar. Comprendió que al caer la primera vez, ella pudo ser salvada su dueña pudo salvarla, pero la segunda vez, fue derrotada. Ambas se sumieron en una profunda soledad, con el sentimiento de estar quebradas, ambas lloraban cada noche y fingían estar bien cada día, ambas rogaban al cielo ser salvadas, no importaba quién; si Dios o un ser viviente, los progenitores de su dueña ya no podían pegarla aunque lo intentaron, esta vez la dueña se convirtió en una muñeca de porcelana rota y perdida. Esa muñeca aún vive, pero ya no se siente viva. Y esta es su historia, la muñeca de porcelana cuyo propósito era sobrevivir y cuidar aquel cofre, sin embargo no pudo más. Y esta es la historia de mi muñeca de porcelana... este final es inconcluso no hay un final, solo una historia, solo una verdad.


 

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Litterarum 209 puntos 12 May, 2020 Litterarum 209 puntos
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12 May, 2020
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