"The boxer" es una canción de Simon & Garfunkel que, como su propio nombre indica, narra la historia de un boxeador. Se trata en el fondo de una historia vieja como el tiempo, la historia de los luchadores, de esos hombres y mujeres que, enarbolando la bandera de la ilusión, no dudan en dejarse el alma en busca de sus sueños, seres que pese a los golpes, las caídas, las decepciones, los desengaños..., se levantan una y otra vez para con tenacidad porfiar en la consecución de sus objetivos, por muy quiméricos que estos puedan resultar.

Supongo que todos, unos más que otros, tenemos algo de esos boxeadores de la vida .

Seguro que todos hemos alguna que otra vez emprendido un camino incierto sobre la lábil base de sueños y fantasías. Seguro que todos hemos escalado alguna vez abruptas montañas y seguro que todos habremos caído y nos habremos roto la crisma más de una vez en tales intentos. Seguro que nos hemos desollado las rodillas y nos hemos levantado llenos de polvo y lodo. Seguro que nos ha faltado muchas veces el aliento y hemos deseado que sonara la campana poniendo fin al asalto. Seguro que hemos sangrado por muchas heridas mientras aguardábamos en el rincón esperanzados todavía en ganar el combate. Seguro que hemos besado la lona bastantes veces... Por supuesto que sí, la vida es una lucha, una sucesión continua de intentos, de caídas, de levantarse y vuelta a empezar. Sangre, sudor y lágrimas. Y ojos hinchados, cejas rotas y cuerpo hecho unos zorros. Vale, sí, todo eso va implícito en la lucha, pero ¿no es en parte eso lo que hace más atractiva la existencia? ¿Qué sería de la vida sin tales intentos, fracasos y reinicios? Quizá no más que pura y absurda rutina.

Todos tenemos algo de boxeadores y peleamos en nuestros particulares cuadriláteros. Los adversarios a veces son duros como rocas; otras, en cambio, son más fácilmente vencibles. Algunos juegan con ventaja. Otros tienen pocas posibilidades de éxito.... Pero la lucha continúa. Todos luchamos hasta el último aliento, pues nada hay peor que admitir definitivamente la derrota.